Adán y Eva son primitivos en cuanto a sus herramientas y tecnología. Su cerebro es tan grande y desarrollado como el nuestro. Tiene ideas abstractas y poseen el lenguaje necesario para poder compartir esas ideas con los demás. Hablan y piensan como nosotros. Imaginan y crean, se comunican y razonan. Son seres humanos completos y acabados. Pueden ser críticos y experimentales. Pueden plantear teorías complejas sobre la naturaleza de la realidad. Pueden dar forma a creencias coherentes a partir de dichas teorías. Y pueden preservar sus creencias transmitiéndolas de generación en generación. Fue dejando huellas de sus creencias en forma de monumentos al aire libre, en túmulos funerarios que presentan signos inequívocos de prácticas rituales.
Pero en las cuevas decoradas con espectaculares pinturas que encontramos en Europa y Asia como huellas que trazan la ruta de sus migraciones.
Adán y Eva creen que el cosmos está organizado en distintos niveles. La tierra es un terreno intermedio entre la bóveda celeste y la cárcava del inframundo.
Los dominios superiores solo se pueden alcanzar en sueños o estados alterados de conciencia, y por lo general solo puede hacerlo un chamán, alguien que actúa como intermediario entre el mundo espiritual y el material.
Pero cualquiera puede acceder a los dominios inferiores introduciéndose en la tierra: gateando a veces durante un kilómetro o más, por cuevas o grutas para pintar, grabar y esculpir sus creencias directamente sobre la pared de la roca, que actúa como una "membrana" que conecta su mundo con el más allá.
Pero Adán y Eva no viven en estas cuevas, no son cavernícolas. La mayoría de las cuevas pintadas son de difícil acceso y no son adecuadas como alojamiento.
Creen que los huesos de animales poseen poderes mediadores: están dentro de la carne pero sin ser carne. Por eso a menudo los recogen y pulen para usarlos de adorno. Por eso los tallan para crear amuletos finamente grabados con imágenes de bisontes, renos o peces. En ocasiones los huesos se insertan justo en las hendiduras y grietas de las paredes de la cueva, tal vez como una forma de oración, un medio de transmitir mensajes al reino espiritual.
Es probable que quemar huesos de animales en esas hogueras sirviera para absorber la esencia del animal. El aroma abrumador de huesos y médula humeantes en un espacio tan reducido actúa como una especie de incienso destinado a consagrar a los allí reunidos.
Adán y Eva no entran en las cuevas para pintar el mundo que conocen. Están aquí para imaginar el mundo que existe más allá del suyo.
El Hechicero (Henri Breuil). Les Trois-Frères, Montesquieu-Avantes (Francia; c. 18 000 - 16 000 a. C).
Es un hombre, pero es algo más. Tiene las piernas y los pies de un ser humano las orejas de ciervo y los ojos de búho. Una barba larga y tupida le cae de la barbilla hasta el pecho. De su cabeza sobresalen dos cuernos con hermosas puntas. Sus manos se parecen a las zarpas de un oso. El cuerpo musculoso y lo que pareen ser sus brazos son los de un antílope o una gacela. Entre las patas traseras, con la punta hacia atrás, tiene un pene grande y semierecto, que se curva hacia arriba, casi rozando la cola de caballo erizada que le sobresale de las nalgas.
La figura aparece en lo que sería una especie de danza, con el cuerpo inclinado hacia la izquierda. De cara al espectador, con sus ojos de lechuza perfilados de negro abiertos de par en par; las pupilas pequeñas y blancas, mirándolo fijamente por toda la eternidad.
La figura es excepcional por el hecho de estar pintada y grabada. Las manos o zarpas delanteras, en particular, parecen hechas deprisa y corriendo y sin terminar.
Es una figura de 75 cm, mucho más que cualquier otra imagen de la sala. Es una imagen de culto destinada a la veneración. Una única figura humanoide dominante en una posición tan destacada es algo insólito en tales cuevas.
Breuil lo bautizó como "el Hechicero" y supuso que era un chamán disfrazado de una especie de animal híbrido. Las comunidades antiguas creían que los chamanes tenían un pie en este mundo y otro pie en el otro. Podian desprenderse de su cuerpo y acceder al mundo de los espíritus con la ayuda de un guía animal.
En realidad, hoy creemos que esta imagen híbrida no representa a los chamanes sino al "otro mundo", aquel situado más allá de lo material.
Breuil rectificó y dijo que podría ser la imagen mas antigua que se haya encontrado de Dios.
Dios (Reza Aslan) Una historia humana.



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